
La serie Ciénaga de Carlos Rivero se instala en el Gabinete Literario de Las Palmas.
Fuente: Gobierno de Canarias - Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes
Imágenes: http://www.arteenlared.com
El pasado jueves 9 de septiembre se inauguró una exposición del artista tinerfeño Carlos Rivero en el Gabinete Literario de Las Palmas. Carlos Rivero nos trae su serie “Ciénaga”.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el día 8 de octubre.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el día 8 de octubre.

El trabajo realizado en el último año por Rivero que, como advierte el título, nos conduce a un escenario donde vamos a sentir esa mezcla de hilaridad y escalofrío. Como una metáfora, la ciénaga es el personaje donde habitan el resto de los protagonistas de un mundo turbio y ambiguo. Delante de las escenas de Carlos Rivero no se encontrará, así como así, el inocente placer de mirarla; en conjunto, estas obras son el reflejo del terrible espectáculo que ofrecen las formas cuando se desvían de la norma que habría de organizarlas. Vivas o inanimadas, da igual, fuera del curso natural todo lo allí representado, sus niños y animales, sus objetos y espacios, sus colores y siluetas, se desborda hasta salirse de quicio y llegar a ponerse, literalmente, fuera de sí. Afirma Carlos Rivero que, "al principio el nombre de Ciénaga surgió como una palabra que evoca el territorio de lo peligroso, de pantanos donde acechan los temores; luego fue dando origen a algo más concreto, más físico, al país de los cuentos de mi infancia". Narraciones que, por otra parte, provenían de las recopilaciones de mitos ancestrales que en el XIX algunos escritores publicaron. Todo eso fue convirtiéndose en un mundo oscuro y asfixiante en el que tanto aparecen niños perdidos en un bosque, como Hansel y Gretel, o cristos crucificados e imágenes de turbio contenido religioso. "Todo se mezcla del mismo modo en el imaginario de mi infancia, en la de un niño en los años 60 en un pequeño pueblo de esta isla". Campo de la exuberancia, la ciénaga también lo es de la putrefacción, con su limo como fertilizante nacido del ciclo acelerado de vida y muerte. En la ubérrima ciénaga de Carlos Rivero, bullente de tan animada, lo creado llega a imagen para ser sacrificado, y su pintura se espesa con ese compost oscuro donde crecen las flores del mal."En esta exposición he querido enfrentarme a una forma de construir los cuadros que fuera más compleja, más barroca, más alambicada, donde todo terminara siendo polvo de pigmento, materia macerante que construye espacios, caos controlado. El control en mi trabajo es necesario, pero también el azar. Es importante que los accidentes de la vida hagan crecer a cada cuadro por un camino concreto, único Y aunque en realidad esta propuesta esta bastante cerrada, creo que cada obra contiene fisuras que la convierten en singular, al menos esa ha sido mi intención. Crear singularidades en las que a lo mejor podamos reconocernos", explica Rivero.Como en el plano mítico y fabuloso de los cuentos, entre lo real y lo fantástico se manejan estos arquetipos de presencia tan intensa, tan inquietante. Más que de surrealismo en sentido estricto, en el caso de Carlos Rivero habría que remitirse a la búsqueda de resortes psíquicos de honda implantación colectiva, por chocante que pueda ser su configuración al ser medida desde la lógica de la vigilia.La ciénaga es una metáfora perfecta de lo que es la pintura. "algo mojado y medio duro" que cambia de naturaleza material asiduamente. Un territorio cartográfico que siempre te puede sorprender, asaltándote con un giro de los acontecimientos de su entorno. Una cartografía accidental, caprichosa, arbitraria, azarosa; donde toda la suerte de su evolución está ligada a la presencia y el reflujo acuoso de la humedad ambiental y el agua. Un lugar donde nunca debes "sentirte seguro".
(Gobierno de Canarias)
Carlos Rivero (Tenerife, 1964) estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, donde se especializó en grabado, destacando por su dibujo de gran fuerza y expresividad. Ganó muy joven el Premio Carlos Peraita de la Caja Postal de Madrid y realizó su primera exposición individual en 1988 en la capital española. Desde entonces ha continuado exhibiendo sus obras de forma ininterrumpida, tanto en muestras individuales como colectivas, dentro y fuera de Canarias. Entre las influencias más claras en la obra de Rivero conviene destacar la ejercida por Dalí, al que después se añadirían otros artistas como Gordillo, Condo, Curro Gonzalez o Neo Rauch.
(http://www.arteenlared.com)
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