Y ahora…?. Y ahora, ¿qué dicen quiénes desde hace dos días sin el menor rigor periodístico, médico y político se tiraron a la piscina y mancharon, tal vez para siempre, la imagen y la vida de joven madrileño de 25 años que el jueves era detenido porque “los médicos de guardia” del Hospital de La Candelaria en Tenerife aseguraron que había quemado a la hija de su novia produciéndole, además, desgarros anales y vaginales”, lesiones que según los rigurosos galenos acabaron con su vida?.
En esta historia no me corto ni medio pelo y culpo a ciertos medios de comunicación tirando piedras sobre mi tejado porque, bien está que se publique un suceso que ha conmocionado al país entero, pero que el rostro de una persona que no ha sido juzgada se coloque a cuatro columna en un periódico derechoso de tirada nacional con el dedo acusador de “esta es el rostro del asesino de…”, me parece una irresponsabilidad. Lo ocurrido es terrible y delictivo para quienes en su afán desmedido de vender por vender les ha importado un pito alimentar el linchamiento de un chico que resultó ser inocente. A ver cómo se comen este hueso.
Animo al abogado del muchacho, que hasta hace días vivía tranquilamente con su pareja y la hija de ella, Aitana, en Arona, a que emprendan acciones judiciales contra todos los que han colaborado para que su nombre quede vinculado para siempre a la muerte de una niña y en qué circunstancias. Como quiero que el lector conozca cómo son los trámites administrativos que colaboraron decididamente a su detención, les cuento.
El chico contó, tal como ha quedado acreditado por el forense que le práctico la autopsia a la niña, que llevó a la pequeña a un centro médico porque comenzó a encontrarla mal. Al llegar al Hospital de La Candelaria un médico de guardia reconoció a la pequeña y firmó un parte médico que remitió al juzgado de guardia detallando que la enferma había sido “violada, quemada, golpeada y sufría lesiones vaginales”. Inmediatamente le preguntaron al joven por el origen de esas lesiones y negó conocer las causas, mencionando de nuevo la caída del columpio...No lo creyeron y lo detuvieron minutos después acusándole de ser autor de las lesiones que llevaron a la pequeña a la muerte. Poco después alguien filtró el caso a la prensa que lo infló convenientemente sacando algo de aquí y de allí.
Pero lo asombroso e indignante llegaría el sábado por la tarde: Ese día para bochorno general, el chico detenido era puesto en libertad sin cargo porque el médico forense por un lado, y el juez instructor por otro, aseguraron que era “inocente”. La autopsia efectuada a la pequeña reveló que no había sido violada ni quemada ni golpeada. Dejó claro que la criatura murió a causa de un golpe en la cabeza. El columpio. Hasta ahí la realidad. La otra realidad -la consejera de Sanidad, del gobierno canario, Mercedes Roldós, debía decir por una vez algo coherente en torno a una tragedia- es saber en qué se basó el médico de urgencias para elaborar un informe acusador que se desinflaría 48 horas después.
Pone los pelos de punta pensar las horas vividas por este chico al que los vecinos políticos, colectivos feministas y sociedad toda, se apresuró a linchar sin respetar la presunción de inocencia. Pero, cuidado. No es conveniente apuntar solamente al médico que cometió una negligencia de libro con informe falso; los servicios de urgencias en Canarias funcionan en el caos y es más que probable que lo que el facultativo plasmó en el escrito que remitió al juzgado y que propició la detención del muchacho esté basado en alguna apreciación clínica. Nadie en su sano juicio suscribe un escrito de esa gravedad si no tiene la certeza de que su contenido responde a la verda- Ignorancia no es una mala excusa.
Pero en este drama hay que ir un poco mas allá y ello significa recordar que las urgencia médicas tienen un Jefe de Servicio que debe supervisar los diagnósticos previos de los facultativos a su cargo porque la inexperiencia juega malas pasadas y el, sólo el, es el responsable principal de la decisión de un médico del servicio. Pero, ¿qué pasá?, pues que en la mayoría de los casos esos jefes no hacen guardias de presencia física y si guardias localizadas. Es decir que cuando se presenta el caso de un enfermo con cierta complejidad se le localiza para que acuda al hospital y tenga la última palabra. Otra cosa es que esté en la isla…
En fin. He aquí una cadena de incompetencias que será aclarada en los tribunales para que paguen quienes tienen que pagar y que será, entre otros, no lo duden, la administración pública, es decir, nosotros los ciudadanos. Annimo al falso culpable para que de los pasos judiciales necesarios. A poco que su abogado se lo proponga le va a sacar los ojos a un largo listado de irresponsables que con la boca chica piden respeto y con la boca grande filtran informes médicos que son, como es el caso de la infortunada Aitana, falsos.
Solidaridad, afecto y apoyo a este joven desde nuestro blog y compartir el dolor con la madre del bebé fallecido. Son momentos en los que palabras de ánimo reconfortan.
Ya saben.
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