EPOCA DE MENSAJES
José M. Balbuena
José M. Balbuena
A la gente parece que cada vez le parece menos divertida esa historia fantástica, y al mismo tiempo tierna, de un niño que nace en un pesebre en una noche fría, rodeado de animalitos que le dan calor, y una parafernalia de estrella brillante que se detiene encima mismo del lugar, que guía a unos señores magos de Oriente, y también de África porque había también uno negro, y los coros de ángeles que anuncian la llegada del Mesías. Y especialmente parece que han olvidado ese importante mensaje que aquel niño, al que llamaron Jesús, les envió cuando ya era adulto. Un mensaje para toda la humanidad en las que pretendía cambiar las reglar de juego y que hubiera justicia e igualdad para todos. Un mensaje en el que insistía una y otra vez que había que tener amor al prójimo, que había que perdonar, que no había que hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti, que teníamos que ser tolerantes y comprensivos, y en especial que había que tener caridad, porque-según dijo más tarde Pablo de Tarso- “si tienes mucha fe pero no tienes caridad, de nada te vale”. ¿Han recogido la onda?.
Han pasado más de dos mil años de aquel acontecimiento, y la humanidad ha cambiado poco su conducta (incluso aquella parte de los seres humanos que se considera “cristiana”) En esos veinte siglos que nos separan ha habido guerras injustas, masacres, genocidios, violencia de género y de cualquier otro tipo, barbaridades, realizadas en nombre de las religiones e ideologías, invasiones, saqueos, odios, rencores, perversiones, degeneraciones, que contrastan con inventos y descubrimientos diversos, uno que han beneficiado a la humanidad, aunque también existe otros encaminados a para desgraciarla y destruirla.
En definitiva: salvo los esfuerzos y acciones generosas de los seres más evolucionados existentes en esta planeta, en términos generales, los humanos continúan siendo depredadores de la tierra en la que habitan, y de sus propios hermanos.
No tenemos sino que estudiar un poco la historia pasada. ¡Cien millones de muertos produjeron las guerras del siglo XX!, por mencionar lo más reciente. Y el panorama actual tampoco es para dar saltos de alegría. Guerras en Irak y Afganistán. Peligro de que se vea envuelta también Pakistán. Guerra, revueltas, golpes de estado y expolio en África. Países desastrosamente organizados en la América Latina. Hambre, miseria, explotación en casi todos los rincones del mundo...¿Para qué seguir? Ya no vale solamente desear unas Felices Pascuas, o Navidades, (como ustedes quieran) Habrá que hacer algo más. Habrá que revisar los mensajes de aquellos avatares que han pasado por la Tierra con el ánimo de hacer el bien, o de cambiar positivamente nuestra conducta.
Y habrá que desterrar, en cuanto a nuestra tierra se refiere, (aparte de una clase dirigente nefasta, que ha llevado estas islas a la miseria) a esas comerciales y foráneas intromisiones de barbudos Papá Noel, cargados de vodka finlandés, que se cuelgan de nuestras ventanas y balcones, que se introducen en nuestros hogares sustituyendo a los tradicionales Reyes Magos, y otras cosas que se van perdiendo. ¡Y anda que ahora nos llegan las machangadas del “halloween”, que lo celebran hasta en los colegios!
Bueno, pues, que tengan unas Feliz Navidad, y que el año 2010 sea muy saludable.
Imagen: http://www.walpaper.es/images/wallpapers/Portal-de-belen-713661.jpeg
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