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viernes, 17 de febrero de 2012

Colaboradores: El Quinqué por Elisa Rodríguez Court.


EL QUINQUÉ

Elisa Rodríguez Court

ARDEN LAS PÉRDIDAS

La economía goza de muy buena salud, eso parece. Cada día se inventan nuevos vocablos y expresiones que le otorgan mayor prestigio. Ninguna otra disciplina como esta para, en manos de sus amos, encubrir las raíces profundas de la actual crisis. En su nombre se distorsionan conceptos que la vuelven aún más poderosa. También sumamente útil como herramienta para azotar en el ámbito de la experiencia a los ciudadanos corrientes. De ahí que ahora se hable de la ERE expréss y de despidos objetivos que reemplazan en la arena de lo conceptual a los que antes se consideraban improcedentes. Igualmente se habla de creación de empleo en los casos de empresas que contratan a trabajadores por salarios miserables. Y a la reducción escalofriante de salarios la llaman conservación de los puestos de trabajo. Por tanto, quienes logren mantenerse en el empleo, deberán sentirse en deuda permanente con los empresarios por ser elegidos como sus esclavos. Mostrarse, además, sumisos para no verse arrojados con una ridícula indemnización, cuando la hubiere, al paro. Finalmente, a esta reforma le dan el título de creación de empleo cuando es una reforma que posibilita y facilita el despido. Sin mediaciones ni acuerdo previo y sin consultar a ningún organismo oficial, a nadie. Basta que los empresarios esgriman motivos aparentemente objetivos, tales como la productividad y competitividad, para tomar decisiones subjetivas y poner a personas o a una plantilla entera en la calle. La economía, reina omnipotente de las disciplinas, es capaz de hacer estragos.

Habrá que oponer, en consecuencia, a toda esa retahíla de conceptos y expresiones ornamentales una alternativa de voces que haga la guerra a toda fachada lingüística: hacer la guerra a los decoradores interesados de la actual situación de ruina; espiar en los interiores de las construcciones verbales y desenmascarar, tras la rígida fachada de las frases hechas, el estupro y la violación de los derechos fundamentales. En última instancia, devolver a la economía su bondad teórica frente a su actual maldad práctica. Devastadora, mientras hace arder con saña las pérdidas de la condición humana.





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