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miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL QUINQUÉ. Elisa Rodríguez Court. DISIDENCIA LEGITIMABLE

Elisa Rodríguez Court
EL QUINQUÉ

Elisa Rodríguez Court

DISIDENCIA LEGITIMABLE

Busco una cita para comenzar esta columna dedicada al espíritu festivo propio de estas fechas. Elijo una de Kierkegaard: “Las personas están desesperadas al no poder salir de la banalidad del día a día, pero ese día a día les ayuda a su vez a disimular su desesperación.” Podría también terminar con esta cita mi columna. Un final abierto a una interpretación triste o feliz, dependiendo de la mirada particular. Al fin y al cabo, se hace camino al andar, pensarán algunos. Otros extraerán del contenido de la cita una lectura lamentable del modo de proceder de los humanos: la venda en los ojos y la huída hacia delante.

Dejo las palabras de Kierkegaard en el lugar en que las he escrito y prosigo en mi búsqueda de algún enlace entre comienzo y final. Las palabras llevan tiempo bailando en la punta de mi lengua, pero se resisten a hablar. Demasiado ruido alrededor, exceso de luz artificial. Un trasiego de gente en las calles y en los centros comerciales. Compra de regalos. Comidas copiosas y siempre una penúltima copa. Fiestas, reunión familiar y de empresa y de antiguos alumnos y de amigos y de desconocidos. Felicitaciones que llegan también de las superficies comerciales, cuando no del más allá.

Es cierto que hay quienes se proponen no pasar por el aro, pero, por lo general, el intento queda en una disidencia legitimable: críticos con respecto a la navidad, se aventuran a darle un sentido alternativo que proporciona a las fechas un aire más guay.

Sin demanda no hay oferta, reza un refrán. Pero hay que festejar de algún modo la Navidad. Si no es por una madre, es por un hermano, una cuñada, una prima, por los hijos...Y “una vez dentro, hasta el cuello.” Son palabras de Bardamu, el narrador de Viaje al fin de la noche, obra de Louis-Ferdinand Céline. Las pronuncia casi al principio del libro, una vez que se ha dejado arrastrar por el azar y se ve de pronto participando como soldado en una guerra que supuestamente no ha elegido. ¿Quién elige la Navidad?  

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