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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Colaboradores: EL QUINQUÉ. "Wikileaks" por Elisa Rodríguez Court.

Elisa Rodríguez Court
EL QUINQUÉ. 

"Wikileaks" 

Un artículo de Elisa Rodríguez Court.

                                                       
El fenómeno WikiLeaks me parece, en principio, alentador y, a la vez, alarmante. Bienvenida sea toda información que desenmascare la impunidad y el oscurantismo como marcas de los poderes dominantes. En concreto, la revelación de documentos internos militares y diplomáticos estadounidenses, cuya filtración a cuenta gotas viene confirmando lo que ya sabemos sobre los mecanismos rastreros de presión,  chantaje y conspiración del imperio norteamericano.

El advenimiento de WikiLeaks ha sido previsible en la era digital. No parece extraño que, ante las posibilidades de acceso a Internet y de publicación en la Red, surjan portales como este dirigido por Julian Assange. Deseable, desde luego, en la medida en que hace circular una información secreta que atenta contra los derechos fundamentales. Sin embargo, nos enfrentamos, a la vez, con un lado oscuro que enlaza, en mi opinión, con la necesaria horizontalidad de los cauces de participación y de control democráticos. Nada se sabe de las fuentes de filtraciones de WikiLeaks. Garantizando su anonimato, por motivos obvios, así como supuestamente comprobando su autenticidad, WikiLeaks se nos presenta como un organismo fantasma. Un nuevo poder que no emerge de la sociedad civil en su  control de la actuación política y de los Estados. Al contrario: la sobrevuela ofreciendo una información masiva, desmesurada, que pone en manos exclusivas de cinco medios de comunicación occidentales. Son estos los encargados de analizarla, seleccionarla y difundirla, ateniéndose al principio de respeto a la presunta seguridad de los Estados y de sus representantes. Por lo tanto, tampoco la información que se publica es desinteresada.

WikiLeaks filtra desde arriba información secreta que cuestiona la arbitrariedad de los poderes, pero nada anuncia un cambio en la arena de lo real. Es probable que, frente al fenómeno WikiLeaks, los Estados se propongan la aplicación de una mayor censura en la Red, así como el despliegue de nuevos métodos más efectivos para garantizar el hermetismo de sus actuaciones y de la información.  



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